05 de Marzo del 2021

Día Internacional de la Mujer

Este 8 de marzo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer. La fecha invita a reflexionar sobre las desigualdades que repercuten en las niñas, adolescentes y mujeres.

Foto "Día Internacional de la Mujer"

El 2020 supuso un escenario mundial que acrecentó desigualdades económicas, sociales y de género. Parte de la transformación de las inequidades de género supone, entre otras cosas, la reconfiguración en los roles de cuidado y en las tareas del hogar, históricamente entendidas como responsabilidad exclusiva de las mujeres.
Según ONU Mujeres, durante la emergencia sanitaria “se ha reafirmado la importancia del trabajo de cuidados, pero también la injusta e insostenible distribución de las responsabilidades a la interna de los hogares”.

La feminización de las tareas de cuidado y del hogar se arraigan en estereotipos de género que naturalizan la desigualdad. Si bien en las últimas décadas hubo un crecimiento paulatino en la incorporación de las mujeres al mercado laboral, esto no supuso una disminución de las tareas no remuneradas. Estas actividades siguen siendo invisibilizadas, aunque sean fundamentales para el funcionamiento de los hogares y para el soporte de la actividad económica.

Según la encuesta “Uso del tiempo y trabajo no remunerado en Uruguay 2013” (INE, 2013), las mujeres dedican casi 27 horas semanales a las tareas domésticas en el hogar (alimentación, limpieza, compras), mientras que los varones dedican la mitad de este tiempo a las mismas tareas (13.5 horas semanales). Con respecto a las horas dedicadas al trabajo de cuidado (cuidado a niños, niñas y adolescentes, personas en situación de discapacidad o personas mayores a 65 años), la brecha sigue siendo significativa: las mujeres dedican en promedio 22.4 horas semanales, mientras que los varones le destinan casi 17 horas semanales.

Este escenario se profundizó durante la emergencia sanitaria. El teletrabajo (una de las medidas privilegiadas para prevenir el contagio de COVID-19 en muchos países), la suspensión de las clases presenciales y la saturación de los sistemas de salud (que implicó trasladar la atención sanitaria a los hogares) repercutieron ampliamente en las rutinas familiares. Para las mujeres, esto supuso compatibilizar el trabajo remunerado con el no remunerado, coexistiendo ambos en un mismo espacio y tiempo.

Por otra parte, el distanciamiento social (la medida preventiva más extendida para la contención de la pandemia) ocasionó un incremento del riesgo a sufrir violencia basada en género en el hogar, de la que también son víctimas directas los/as niños, niñas y adolescentes. Según el sitio Feminicidio Uruguay, en 2020, 21 mujeres fueron asesinadas por violencia basada en género. Muchos de estos asesinatos tuvieron como autores del delito a parejas o exparejas. En lo que va del 2021 se registraron 6 feminicidios.

La desigualdad de poder entre mujeres y varones en todos los niveles supone escenarios violentos que afectan la convivencia y repercuten en las vidas de mujeres, niños, niñas y adolescentes.
Es por esto que las medidas económicas y sociales que se tomen en respuesta a la emergencia sanitaria, como toda política pública, debe tener perspectiva de género, ya que se parte de una desigualdad estructural que se acrecienta en los períodos de crisis.

Como organización comprometida con el cuidado de niños, niñas y adolescentes y con su derecho a la convivencia familiar y comunitaria, consideramos esencial promover un cambio cultural que fomente la corresponsabilidad en el cuidado, la crianza libre de estereotipos de género y el desarrollo en entornos libres de violencia.

Foto: Aldeas Infantiles SOS Uruguay