“Ser responsable es un buen negocio”
Conversamos con Julián D’Angelo, coordinador ejecutivo del Centro Nacional de Responsabilidad Social de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (CENARSECS).
“No hay empresas exitosas en comunidades deterioradas”, afirmaba el filósofo de la administración más destacado del siglo XX, Peter Drucker. En este contexto, las posibilidades de que una empresa subsista y crezca en el largo plazo sin realizar acciones que promuevan la responsabilidad social y ambiental parecen casi nulas. Ante este panorama, ¿qué deben hacer los empresarios y cómo deben aggiornarse a este nuevo rumbo del mercado? Sobre esto conversamos con el coordinador del CENARSECS, Julián D’Angelo.
El concepto de RSE surge a finales de los 50 y, aún hoy, está en constante construcción. ¿Cómo lo definirías?
Hay dos consensos a nivel mundial que hacen una aproximación al concepto de RSE y a los grandes temas que esto involucra: uno es el Pacto Global de Naciones Unidas, con sus 10 principios y 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, y el otro es la norma ISO 26.000, debatida durante cinco años por casi 100 países, empresas, universidades, sindicatos y ONG. La definición que yo uso es bien sencilla y define a la RSE a través de tres cuestiones: la primera es la gestión de una organización desde la ética y la responsabilidad ambiental y social, la segunda es la gestión de impacto (medir cómo mis acciones impactan en la comunidad que me rodea) y la tercera es la participación de grupos de interés (cómo me impacta a mí la comunidad que me rodea: mis socios, mis clientes, mis usuarios, beneficiarios, proveedores, organismos reguladores, etc.). Con esta definición se demuestra que la RSE excede esa vieja idea de filantropía que tenían las empresas. La RSE tiene que ver con la razón de ser de las organizaciones, con su estrategia y misión.
¿Cuáles son los principales obstáculos que encuentran los/as empresarios/as a la hora de implementar una política de RSE y sostenerla en el largo plazo?
Para asumir una gestión socialmente responsable es necesario invertir fondos. Sale dinero, pero más caro sale no serlo. La empresa es una organización que está dedicada a vender bienes y servicios para lo cual obtiene un lucro, el que garantiza que pueda seguir prestando bienes y servicios. Su lógica es la ganancia. Esa ganancia se puede obtener de dos formas: de una forma responsable y sustentable o de una forma irresponsable. Esta segunda opción tiene una mirada muy corta, son las empresas que tienen una mirada obsesiva en el corto plazo, que buscan maximizar las ganancias en la inmediatez y eso atenta contra la perdurabilidad de la empresa. Hoy la empresa que quiere ser perdurable en el tiempo tiene que optar por el camino de la sustentabilidad.
Está claro que el camino de la empresa es ser sustentable económicamente, pero esta viene de la mano de la sustentabilidad social y ambiental. Es que las exigencias del mercado van de la mano de la RSE. Hoy, ser socialmente responsable es un buen negocio y llevar adelante las mejores prácticas es una de las exigencias del mercado.
¿Cuál es la situación de la RSE en América Latina?
En Latinoamérica aún hay un trecho muy largo por recorrer en materia de RSE. Hay encuestas de confianza que afirman que solo el 38 % de los latinoamericanos confía en su empresa. ¿Cuál es la solución para superar la desconfianza? La responsabilidad social.
Más del 85 % de los latinoamericanos conoce lo que es la RSE y valora a las empresas que la practican. Hay encuestas muy importantes a nivel mundial, como la que realiza la consultora Nielsen, donde se afirma que, a la hora de elegir un producto, por sobre el precio, la marca o las características prevalece la responsabilidad social. Incluso, el 46 % de los encuestados afirma que priorizaría comprarle a una empresa socialmente responsable, aun pagando más. Además, el 59 % de los inversores afirma que prefiere invertir en empresas sostenibles, y el 62 % de los trabajadores también las elije para trabajar.
El economista Bernando Kliksberg dice que la RSE es “ganar-ganar”. La organización gana porque se queda con los mejores consumidores y más fieles, pero también mejores trabajadores y mejores fondos de inversión. Hoy, la RSE también sirve para sortear los obstáculos del mercado.
¿Por qué las empresas deben invertir en infancia?
Hay una responsabilidad con la comunidad de la que la empresa es parte. Los chicos, los padres son sus clientes, sus socios. Hay una responsabilidad muy grande con el entorno en el que uno está inserto. Esto es aportar al futuro, apostar por una sociedad mejor. Esos chicos son los que de grandes van a trabajar en la empresa y generar las innovaciones necesarias para que el mundo y la empresa produzcan cada vez mejor.
La empresa es un actor positivo en la comunidad, pero no hay empresas exitosas en sociedades fracasadas. Cuanto mejor le va a la comunidad donde desarrollo mis negocios, mejor le va a ir a mi negocio. En este sentido, hasta desde una visión egoísta es necesaria la RSE. Pero, desde la visión responsable, sin RSE en infancia (RSE-I) no hay futuro.
¿Existen características comunes que definan el rol de las empresas en el apoyo de políticas a favor de la infancia?
Las empresas que apoyan la responsabilidad social con foco en infancia (RSE-I) tienen un fuerte compromiso social y asumen el tema de la RSE desde la conducción.
En el mundo podemos decir que hay tres tipos de empresas: la empresa narcisista, la filantrópica y la socialmente responsable.
Esta última es la que está mejor preparada para dar respuesta y aportar opciones serias a una mejor infancia, porque la primera solo se preocupa por la ganancia y la filantrópica no tiene continuidad, hoy puede donar a un ONG que trabaja en infancia y mañana está en otra cosa.
Hoy ya no alcanza con ser un filántropo y un gran donador para decir que soy socialmente responsable. Cuando la empresa asume la RSE en todos los ámbitos, se aporta a la construcción de capital social y la ayuda es mucho más valiosa.
Por último, ¿qué recomendación le harías a los empresarios que están empezando a andar en este camino de la RSE? ¿Cuál es el ABC de la implementación de la RSE en la empresa?
Lo primero es escuchar a los trabajadores, mirar hacia dentro, el autodiagnóstico. Una vez que eso está claro y que nuestra empresa es responsable a través de alternativas óptimas para los trabajadores, viene el siguiente paso que es vincularnos con la comunidad.
Incluso en la mirada hacia adentro van a surgir ideas que tienen los propios trabajadores. Muchas veces ellos ya trabajan en ONG, entonces la posibilidad de que asocien mundo laboral y personal potencia esta acción dándole un valor agregado.
Foto: Enviada por Julián D’Angelo