"La RSE es un factor competitivo"
Conversamos con Germán Granda, director de Forética (asociación de empresas y profesionales de RSE líder en España y Latinoamérica), sobre los desafíos para las empresas.
¿Cuáles son los desafíos de la RSE para el próximo año?
La realidad actual nos presenta desafíos constantes en los que las empresas tienen un papel indiscutible. Asumir vías para la mitigación de los efectos del cambio climático, la transición hacia un nuevo modelo económico circular, el impulso de las ciudades sostenibles, la ciberseguridad, el avance de los sistemas de reporting de aspectos extrafinancieros, el empleo del futuro o la necesidad de mejorar el impacto de las empresas en la sociedad en la que operan, a través de la tangibilización y medición de las acciones, son algunos de los retos que deberán asumir las empresas y la sociedad en su conjunto de cara al próximo año.
Son desafíos que requieren de una respuesta empresarial directa y activa y de la colaboración de todos los grupos de interés. Desde Forética detectamos cómo afectan de forma cada vez más directa a los modelos de gestión empresarial. Sin duda, la competitividad está completamente ligada a la capacidad que las empresas tengan para dar respuesta a estos retos.
¿Qué acciones deberán desarrollar las empresas para poder hacer frente a dichos desafíos?
Más allá de acciones concretas, las empresas deben basar su reacción y actuación en la clara necesidad de:
– Conocer, analizar e interiorizar una agenda global de sostenibilidad, evaluando hacia dónde se enfocan los retos globales y estudiando la materialidad que estos retos tienen para su organización.
– Implicar a todos los grupos de interés en la consecución de objetivos. La colaboración es indispensable para asumir los desafíos que plantea la sostenibilidad y conocer cómo operar de forma más estratégica.
– Transparencia a la hora de enfocar, desarrollar y comunicar las acciones realizadas, tanto a nivel interno como externo.
¿Son estas acciones capaces de contribuir a un desarrollo equitativo de la sociedad latinoamericana?
Ya en 2011, en el 4º Foro de Alto Nivel sobre la Eficacia en la Ayuda organizado por el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la OCDE, se reconocía el papel de la empresa como agente generador de riqueza y empleo en América Latina y, por tanto, su papel como un agente más para el desarrollo. Desde entonces se ha demostrado cómo la implicación de las empresas en la asunción de los retos globales genera un motor fundamental para el desarrollo sostenible, en la mejora de los modelos económicos existentes hacia otros más inclusivos, más innovadores, más estables y más competitivos.
Recientemente, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con la colaboración de Forética, publicó un estudio que analiza, precisamente, la contribución del sector empresarial a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En él se aborda el importante papel que tiene la empresa en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles en Latinoamérica.
Por ello, no solo son estas acciones capaces de contribuir al desarrollo social, sino que son imprescindibles, necesarias y prioritarias tanto en Latinoamérica como a nivel global.
En este marco, ¿qué rol tienen las PYMES y las empresas locales?
Las empresas, independientemente de su tamaño y sector, se ven cada vez más impulsadas a invertir en la calidad de las relaciones con sus grupos de interés y a fomentar no solo el desarrollo económico, sino la preservación del medio ambiente y la generación de un impacto social positivo. Las PYMES, dentro de este contexto y ubicadas dentro de la cadena de valor como proveedoras de grandes empresas, se ven cada vez más obligadas a responder a las necesidades y exigencias del mercado en cuanto al desarrollo de políticas y prácticas de RSE. A su vez, en ambos entornos, las pequeñas y medianas empresas constituyen una parte esencial del tejido empresarial y tienen un rol preponderante a la hora de promover los aspectos sociales, ambientales y de transparencia, por lo que la asimilación e integración de la RSE en la gestión de las PYMES tiene un fuerte impacto en el desarrollo sostenible.
¿Cómo deben actuar las empresas para consolidar la RSE y evitar que esta se convierta en una moda?
La correcta gestión de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se está convirtiendo en un factor competitivo y una ventaja diferenciadora. Al ser cada vez más visible la contribución empresarial en el ámbito económico, social y ambiental, los consumidores la tienen en cuenta para su elección a la hora de adquirir los productos y servicios que ofrecen las empresas. Según datos del último Informe Forética, seis de cada diez consumidores, ante dos productos de similares características, comprarían el más responsable aunque este fuera más caro.
La RSE o sostenibilidad está ligada a otros términos como innovación, reputación o productividad, valores corporativos que, a su vez, hacen incrementar la competitividad de las empresas que los aplican. Se mantienen en forma de reducción de costes por el aumento de la eficiencia, de nuevas vías de negocio con productos y servicios sostenibles, anticipando riesgos o incrementando la confianza vía transparencia y buen gobierno. Las empresas que entienden así la RSE la consolidan dentro de su modelo de negocio, y la convierten en algo que no pasa de moda.
Foto: Enviada por Germán Granda
Germán Granda es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales (CUNEF) y en Ciencias Políticas y Sociología (UNED). Su formación de posgrado incluye un Máster en Estrategia Empresarial y Desarrollo Sostenible (Universidad de Bradford) y programas ejecutivos en el MIT (MIT Sloan Executive Certificate in Strategy & Innovation) y el IESE (PDD).
El director general de Forética es además vocal del Consejo Estatal de RSE del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España y miembro de la Junta Directiva de EBEN España.