20 de Noviembre del 2024

20 de noviembre: Día Mundial de las Infancias y Adolescencias

Este 20 de noviembre se cumplen 35 años de la promulgación de la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado de las Naciones Unidas que reconoce a los niños, las niñas y los/as adolescentes como sujetos de derecho.

Día Mundial de las Infancias y Adolescencias

La Convención sobre los Derechos del Niño es el documento más relevante de la historia en lo que respecta a los derechos de la infancia y la adolescencia. Se basa en cuatro principios fundamentales (la no discriminación, el interés superior, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo y la participación) y tiene 54 artículos que definen sus derechos sociales, culturales y civiles.

Previo a su promulgación, la infancia era definida como una antesala de la adultez, y los niños, las niñas y los/as adolescentes eran objetos de protección del mundo adulto. Con su surgimiento, se los/as reconoce como sujetos de derecho. Los Estados firmantes son los principales garantes de que los derechos de niños, niñas y adolescentes se cumplan, para lo que deben generar normativas y políticas públicas, apoyar a las familias en la crianza y asegurar la participación infantil y adolescente. Uruguay ratificó la Convención en 1990, un año después de su promulgación.

Garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes implica asegurar todos los aspectos que tienen que ver con sus vidas y que atraviesan su cotidianeidad: la alimentación, el juego, la educación, la salud, crecer en entornos seguros y afectivos. Es en ese sentido que el contexto se impone y nos obliga a hacer énfasis en algunas dimensiones que requieren respuestas urgentes: 

  • En nuestro país, los niños, las niñas y los/as adolescentes son los/as más pobres de la sociedad. La infantilización de la pobreza sigue siendo un lamentable fenómeno que no ha sido abordado en su complejidad.
  • Están expuestos/as a situaciones de extrema violencia, que terminan en muchas situaciones con sus vidas. Las comunidades y las familias requieren de más redes y mecanismos de prevención y apoyo para evitar que la violencia se propague.
  • El suicidio es una de las principales causas de muerte entre adolescentes y jóvenes. El acceso a servicios de salud mental no puede ser un privilegio.
  • Uruguay es uno de los países con las tasas más altas de niños, niñas y adolescentes institucionalizados/as por protección. Los niños, las niñas y los/as adolescentes que crecen en instituciones de cuidado ven condicionadas sus capacidades de desarrollo. 
  • Apenas la mitad de los/as adolescentes y jóvenes culminan la educación obligatoria. El sistema educativo debe ofrecer respuestas más inclusivas que contemplen las necesidades de niños, niñas y adolescentes.

También es fundamental recordar que lo urgente no puede dejar de lado lo importante. Los derechos de los niños, las niñas y los/as adolescentes, como todos los derechos humanos, son indivisibles e interdependientes: ninguno es más importante que otro y todos deben ser garantizados.

Como señalaba Eduardo Bustelo, destacado intelectual argentino: “Pese a los dispositivos que la oprimen, la infancia es juego, cadencia, ritmo, discontinuidad, imaginación y apertura. Es la anunciación del comienzo, un comienzo que convoca al tiempo de la emancipación”.

Es por esto que, en un nuevo aniversario de la Convención, queremos reafirmar que el Estado y la sociedad toda deben velar por las condiciones que permitan el crecimiento y desarrollo de los niños, las niñas y los/as adolescentes y para que todos sus derechos sean efectivos todos los días. Lo que está en juego no es su futuro: es su presente.