Club de Niños: un espacio de participación y promoción de derechos
Una decena de marcadores, algunas cascolas, papel crepé y mucha imaginación. Los niños y las niñas participantes del Club de Niños le dan forma, de manera colectiva, a distintas representaciones del “violentavirus”. “Lo hicimos feo porque es malo”, comenta uno de los participantes. Más tarde, en el patio, se reunirán para “vacunarse” contra el “virus” de los malos tratos, y entonarán juntos/as una canción: “Hagamos un trato por el buen trato. Tengamos nuestro corazón abierto siempre a la emoción de dar y recibir un buen trato”.
El Club de Niños, gestionado por el Programa Salto de Aldeas Infantiles, nació en 2007. En ese entonces atendía a 30 niños, niñas y adolescentes. Hoy, luego de un gran crecimiento poblacional en la zona, participan 110 niños, niñas y adolescentes de 4 a 13 años. El equipo está conformado por 19 personas: la maestra coordinadora, educadoras referentes, maestras pedagógicas, duplas psicosociales, una auxiliar administrativa, una auxiliar de servicio, una educadora alimenticia y un sereno.
El Club es un espacio de participación y de promoción y protección de derechos que brinda una propuesta de atención integral. Si bien funciona a contraturno del horario escolar y brinda apoyo pedagógico, la propuesta es más abarcativa que en su génesis, cuando se enfocaba en los “deberes vigilados”.
“Sí se trabajan contenidos que tienen que ver con cada una de las áreas de lo pedagógico, como el lenguaje y las matemáticas, pero a través de lo lúdico y de otras estrategias, corriéndonos del modelo escolar. Se trata de acompañar el paradigma de concebir a los niños, niñas y adolescentes como sujetos activos de participación, sujetos de derecho, y que puedan ser mirados en su individualidad, más allá de que formen parte de este proyecto integral”, señala José Pedro Da Silva, integrante de una de las duplas psicosociales del centro.
Este año, el Club comienza a implementar un proyecto de centro trianual vinculado al ambiente (entendido como todo entorno social y físico que repercute en el crecimiento y el desarrollo), que cuenta también con ejes transversales como la promoción del derecho a vivir en familia, la participación y la recreación.
“El proyecto se acompaña de una planificación anual pedagógica, que es donde se desagregan cada uno de los objetivos específicos que nos planteamos y que es elaborada por todo el equipo. Hay talleres que nos acompañan durante todos los años, más allá del proyecto de centro en sí, y hay otra contratación de talleristas que se hace de forma específica de acuerdo al tema que se elija para para trabajar. Este año contamos con un tallerista de educación física y recreación y otro enfocado al trabajo del ambiente, en aspectos, por ejemplo, como el reciclaje. También hay una planificación diaria que la realiza cada educadora con la maestra pedagógica que hace a la consecución de los objetivos que nos planteamos”, agrega Da Silva.
Además de la atención directa a niños, niñas y adolescentes, el trabajo con las familias y la comunidad es otro de los objetivos del Club de Niños, que se posiciona como un centro referente del territorio.
Se trata de acompañar el paradigma de concebir a los niños, niñas y adolescentes como sujetos activos de participación, sujetos de derecho, y que puedan ser mirados en su individualidad, más allá de que formen parte de este proyecto integral...
“Así como es una propuesta a medida para cada niño, también es una propuesta a medida para cada familia, entendida en este universo amplio de arreglos familiares. Nuestro foco está en garantizar el derecho de cada niño, niño y adolescente a la convivencia familiar y comunitaria y desde allí promover y fortalecer las capacidades familiares y las condiciones que puedan o no determinar la posibilidad de pérdida del cuidado parental. Muchas veces se acercan familias que no están vinculadas al padrón de nuestro centro y demandan orientaciones. Siempre se intenta por lo menos hacer un primer abordaje y derivar, si es que no puede ser atendida por nosotros, ya que no funcionamos solos. No está únicamente en nosotros poder brindar las mejores condiciones para el crecimiento y el desarrollo de niños y niñas”, expresa Da Silva.
Por último, destaca que el trabajo conjunto con otras instituciones (sociales, deportivas) y la profesionalización de la tarea de los Clubes de Niños han sido pilares para pensar a la infancia y comprender la importancia de esta etapa de la vida: “Creemos que el aporte de la propuesta de Club de Niños es sumamente significativo. Hay gurises que los atendés durante toda esta etapa. Entran con 4 o 5 años y se van a los 13. Entonces todo el proceso que se logra hacer con ellos, con sus familias, con su comunidad es muy interesante”.
Fotos: Aldeas Infantiles SOS Uruguay