21 de Marzo del 2019

En nuestras manos

En 2018 editamos La protección está en nuestras manos, documento que pretende reunir los principios fundamentales de nuestra Política de Protección Infantil adaptados a la realidad local.

Foto "En nuestras manos"

La protección infantil conforma una responsabilidad compartida entre el Estado, las familias y la sociedad: todos/as tenemos la obligación de proteger a los/as niños, niñas y adolescentes frente a cualquier forma de abuso, explotación, violencia y discriminación.

Según datos de Sipiav (Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia), durante 2017 se registraron 3.155* situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes (al menos nueve situaciones de maltrato en promedio por día). El 94 % de las personas agresoras son familiares o forman parte del núcleo de convivencia.

Enfrentar y erradicar la violencia ejercida sobre niños, niñas y adolescentes implica dejar de concebir a la violencia intrafamiliar como un asunto privado e incidir sobre las múltiples formas de violencia institucional, a la vez que necesariamente conlleva la promoción de transformaciones culturales y sociales.

Como organización de la sociedad civil que trabaja para garantizar los derechos de niños, niñas y adolescentes, no solo condenamos enérgicamente todo tipo de abuso y explotación, sino que diariamente buscamos mejorar nuestras prácticas para lograr los más altos niveles de protección.

Es por esto que uno de nuestros objetivos primordiales consiste en promover entornos seguros y protectores, para lo que es necesario capacitar al personal y apoyar a las familias con las que trabajamos, brindándoles herramientas y potenciando las capacidades de los adultos/as como cuidadores/as.

En este sentido, en 2012 comenzamos a implementar nuestra Política de Protección Infantil, documento vinculante para todas las asociaciones miembro que tiene como objetivo sensibilizar acerca del maltrato infantil y adolescente y prevenirlo (tanto en nuestros servicios de cuidado residencial como en el trabajo con las familias y en las comunidades), establecer protocolos de actuación eficientes y transparentes y contribuir en la promoción y garantía de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

“La Política de Protección Infantil es una política internacional de la organización que tiene lineamientos generales, pero a los temas vinculados a protección de niños, niñas y adolescentes es importante comprenderlos desde la realidad local”, señala Cecilia Menoni, coordinadora nacional de Protección Infantil.

Agentes de cambio

La protección está en nuestras manos (versión adaptada de la Política de Protección Infantil editada en 2018) incluye aspectos como legislación nacional vinculada a la integridad de niños, niñas y adolescentes y categorizaciones y datos sobre maltrato infantil,  apunta a la prevención de situaciones de abuso y maltrato e incorpora temas como participación y protección infantil y entornos seguros y protectores.

“A nivel interno, este marco de trabajo está pensado para ser entregado específicamente en un contexto de capacitación. Para nuestros equipos es fundamental contar con actualizaciones y capacitaciones en temas vinculados a cuidado y protección. A nivel externo, es importante para nosotros poder compartir aportes con otros colectivos y organizaciones. Contenidos no solo teóricos, sino herramientas concretas como por ejemplo cómo proceder frente a situaciones de desprotección”, afirma Menoni.

Además de la socialización de este manual con nuestros equipos, durante 2019 se trabajará en la implementación de versiones de la Política de Protección Infantil adaptadas en formato audiovisual para niños, niñas y adolescentes. Los/as niños, niñas y adolescentes tienen un papel fundamental en la prevención y la respuesta a la violencia. Para evitar situaciones que los/as vulneren es fundamental que puedan desarrollar conductas de autoprotección, que sepan dónde y a quién recurrir en busca de ayuda y apoyo y que cuenten con espacios en los que puedan expresarse y ser escuchados en los temas que conforman su propio desarrollo.

“Los niños, niñas y adolescentes son los primeros agentes de cambio, son quienes tienen más ganas de cambiar y de adaptarse. Si comparamos el volumen de producción de materiales para adultos en relación del volumen de producciones para niños nuevamente la perspectiva adultocéntrica queda clara. Les corresponde por derecho contar con materiales adaptados. Si a los cambios culturales y sociales no los transitamos desde los primeros años de vida y no apoyamos a las nuevas generaciones a que forjen nuevos conceptos, es muy difícil que efectivamente se den transformaciones reales”, agrega.

Ilustración: Ximena Seara                                                                      

*Este dato no representa la totalidad de los casos de abuso y maltrato, solo aquellas situaciones atendidas por Sipiav.