03 de Diciembre del 2021

De colores

En el marco del Mes de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, el colectivo artístico Contra la Pared, junto con los/as niños y niñas participantes de los CAIF Sonrisas Infantiles (Pando) y La Paz, pintaron muros vinculados a los derechos y las emociones en la primera infancia.

Foto "De colores"

Durante noviembre, el colectivo Contra La Pared estuvo trabajando junto con los equipos y los/as niños y niñas participantes de los CAIF Sonrisas Infantiles y La Paz (gestionados por el Programa Canelones de Aldeas Infantiles) en muros alusivos a los derechos y las emociones.

La idea de la realización de los muros ya había estado presente en los equipos de los centros, pero debido a la situación de emergencia sanitaria había sido compleja su implementación. Finalmente, este año, con todas las precauciones y medidas necesarias, se hizo posible.

“El equipo vivió el proceso de un modo muy participativo y activo. Estuvieron siempre con la idea presente y buscando la forma de poder articular, sobre todo con el tema de la pandemia y las limitaciones que eso nos traía. Con mucha responsabilidad y muy comprometidas con la tarea fueron encontrando las formas de poderlo articular y este es el producto”, afirmó Laura Tenchio, directora del Programa Canelones.

Para Tenchio, esta fue una instancia “muy rica e interesante”, ya que fue una creación colectiva que incluyó a los/as niños y niñas y sus familias.

Contra la Pared trabaja de manera participativa en sus intervenciones, con el objetivo de generar un sentido de pertenencia en las personas que habitan los espacios.

“Nosotros tratamos de representar lo que ellos nos transmiten, pero también nos gusta que de la mano de los propios habitantes del espacio queden plasmados también sus experiencias, sus sentimientos, su trazo”, comentó Andrés Cocco, artista integrante del colectivo.

Según Guillermo Fernández Vila, director artístico de Contra la Pared, en los tres años que el colectivo viene trabajando con centros CAIF fueron entendiendo cada vez más al espacio físico como parte fundamental de la educación de los/as niños y niñas y afinando su trabajo en herramientas participativas.

“Siempre es una experiencia súper enriquecedora trabajar con los centros CAIF, compartir con las educadoras, los niños, sus padres y también con la gente del barrio. La verdad es que se llena de color el barrio”, agregó Cocco.