Día Internacional de las Familias
Este 15 de mayo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Familia, que tiene como objetivo destacar su rol en el cuidado y la protección de niños, niñas y adolescentes.

La familia, entendida como las diversas configuraciones y arreglos familiares que pueden trascender los lazos de consanguineidad, es el ámbito privilegiado para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes. Es un derecho consagrado en la Convención sobre los Derechos del Niño y en el Código de la Niñez y la Adolescencia.
En Aldeas Infantiles trabajamos para fortalecer las capacidades de cuidado de las familias y evitar la separación familiar, así como también reforzamos nuestro trabajo en los procesos de revinculación y reintegro familiar y en la búsqueda de referentes de familia extensa, ampliada y adoptiva.
En el marco del Día Internacional de la Familia, hacemos especial énfasis en las pautas de crianza positivas y en la importancia de que los niños, niñas y adolescentes crezcan en entornos seguros y protectores.
Según el último informe del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia, en 2020 se registraron 4911 situaciones de violencia hacia niños, niñas y adolescentes. El 91 % de las personas agresoras corresponden a familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia.
Esto significa que en 9 de cada 10 situaciones de desprotección la violencia es ejercida por los/as adultos/as referentes responsables de su cuidado. El ámbito privilegiado para la protección y desarrollo de niños, niñas y adolescentes nunca debería transformarse en un lugar de riesgo.
Por otra parte, según la última la Encuesta Continua de Hogares (ECH) de abril 2020, la pobreza afecta en mayor medida a los/as niños niñas de 0 a 12 años, independientemente de localidad en la que se encuentren. Uno de cada cinco niños y niñas viven en condiciones de pobreza (21.3 % de los/as niños y niñas menores de 6 años; 20.6 % de los/as niños y niñas de 6 a 12 años).
Para evitar situaciones de desprotección y violencia en el entorno familiar, es fundamental garantizar a las familias las condiciones necesarias para que puedan ejercer su rol de cuidado. Esto implica desde la satisfacción de las necesidades básicas de sus integrantes, como alimentación, vivienda y acceso a la salud, hasta el fortalecimiento de sus capacidades de cuidado, que muchas veces comprende resignificar un historial de abusos y violencia que se venía perpetuando por generaciones.
Los equipos territoriales que trabajan en las comunidades y las políticas públicas que sustentan estos programas y servicios son fundamentales para reconfigurar prácticas que pueden devenir en situaciones de abuso y desprotección.
En este sentido, la acción del Estado, conjuntamente con la sociedad civil organizada, es impostergable.
Foto: Aldeas Infanitles SOS Uruguay