11 de Mayo del 2022

Día Internacional de las Familias

Este 15 de mayo se conmemora el Día Internacional de las Familias. Vivir en familias debe ser un derecho garantizado para todos/as los niños, las niñas y los/as adolescentes.

Foto "Día Internacional de las Familias"

Según los últimos datos proporcionados por el Sistema de Información para la Infancia (2019), alrededor de 4930 niños, niñas y adolescentes se encuentran en el sistema de protección: 3198 viven en instituciones de tiempo completo y 1732 en alternativas familiares.

Uruguay cuenta con los índices más altos de internación de niños, niñas y adolescentes en América Latina. Durante mucho tiempo, la respuesta casi exclusiva para los niños, las niñas y los/as adolescentes que habían sido separados/as de sus familias fue la institucionalización en hogares de tiempo completo.

Actualmente sabemos que cada tres meses que un niño o niña de corta edad reside en una institución, pierde un mes de desarrollo*, por lo que tenemos la convicción de que la institucionalización debe ser una medida de excepción por el menor tiempo posible.

El ámbito privilegiado para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes son las familias, entendiéndolas como la diversidad de configuraciones familiares que pueden darse en la actualidad.

Garantizar el derecho a vivir en familia es una tarea que involucra responsabilidades estatales, sociales y comunitarias, y debe contemplar distintos aspectos:

  • Fortalecer el trabajo en la prevención para evitar situaciones de desprotección. Los sucesivos informes del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia confirman año a año que el mayor porcentaje de situaciones de maltrato ocurren en el ámbito familiar. Este dato no debe ser interpretado a la ligera: las familias pueden cuidar y proteger siempre y cuando ellas sean cuidadas, acompañadas, integradas social, cultural y económicamente. Su bienestar debe estar garantizado por políticas públicas que contemplen tanto condiciones materiales como el fortalecimiento de pautas de crianza no violentas.

    Para ello es imprescindible, a la vez, promover redes comunitarias. Las familias, independientemente de a qué franja económica o social pertenezcan, no deben criar solas. La crianza segura y protectora solo es posible cuando se realiza en red, porque solo en conexión con otros y otras se pueden desanudar historias de violencias que se vienen perpetuando por generaciones.
     
  • Trabajar en procesos de reintegro, siempre que sea posible y priorizando el interés superior de los niños, las niñas y los/as adolescentes. Es importante que este trabajo se realice evitando prácticas e intervenciones que estigmaticen a las familias, acompañando cada caso desde su singularidad y potenciado las capacidades de cuidado desde el respeto y la empatía.  A diciembre de 2021, a partir del trabajo de equipos de Aldeas Infantiles Uruguay, 263 niños, niñas, adolescentes y jóvenes han egresado luego de un proceso de intervención profesional. Esto significa que se han reintegrado y permanecido en cuidado en familias, sin retornar al sistema de protección especial de 24 horas en convenio con INAU.
     
  • Potenciar las alternativas de cuidado en familias de acogida en convenio con INAU, como el cuidado en familia ajena (Familia Amiga [sin vínculo de parentesco ni relación de afinidad previa]), ampliada (sin vínculo de parentesco, pero con vínculo previo por relación de afinidad) y extensa (con vínculo de parentesco). Estas modalidades funcionan como un puente, ya que permiten que niños, niñas y adolescentes que han sido separados de sus familias vivan temporalmente en un contexto familiar mientras se busca una solución definitiva (ya sea el reintegro a su familia o la adopción). Estos procesos deben ser acompañados en territorio con un gran compromiso profesional y humano.
     
  • Acompañar los procesos de adopción con equipos de INAU, camino para restituir el derecho a la convivencia familiar cuando el reintegro no es posible. Es una oportunidad que requiere dedicación y disponibilidad para transitarla con cuidados y garantías en cada situación.

En las familias, en sus tramas relacionales, convivimos para proteger y ser protegidos/as, para cuidar y ser cuidadas/os, para fortalecer y ser fortalecidas/os. Garantizar el derecho de todos/as los niños, las niñas y los/as adolescentes a la convivencia familiar y comunitaria, en la alternativa de cuidado más ajustada a sus necesidades, debe ser una prioridad.

Vivir en familias es un derecho de todos y todas.

 

 

FOTO: Pixabay

 

Williamson, John, y Greenberg, Aaron, Families, not orphanages, Better Care Network Working Paper, 2010, p. 6