Lleguemos antes - Mes contra el Maltrato Infantil y Adolescente

Año a año los casos de violencia hacia las infancias y las adolescencias se recrudecen y las situaciones atendidas siguen aumentando. Aunque los números den cuenta de un fenómeno que ya es preocupante, sabemos que incluso así no representan la totalidad de los casos. El maltrato permanece como una práctica extendida que atraviesa a todas las franjas sociales, económicas y culturales.

Casi 9 de 10 situaciones son detectadas cuando ya son crónicas, es decir, que la situación de violencia se presenta durante 6 meses o más al momento de la detección e intervención [1]. Esta tendencia, lamentablemente, continúa repitiéndose.

La realidad nos apremia y nos exige estar a la altura. Es preciso adelantarnos a que exista un riesgo y a que ese riesgo se traduzca en violencia.

Desde las instituciones y organizaciones, debemos trabajar en intervenciones más integrales, que pongan en el centro a los niños, las niñas y los/as adolescentes y también a las familias. Fortalecer las condiciones y capacidades de cuidado de los/as adultos/as que cuidan es esencial para conformar una cultura protectora. Nadie puede criar en soledad, y para esto es fundamental un Estado presente que garantice el acceso a servicios y dispositivos que trabajen tanto en la prevención como en la restitución de derechos. Muchas situaciones pueden ser abordadas a tiempo con acciones oportunas y recursos adecuados.

Como integrantes de la comunidad, debemos comprometernos desde el lugar que nos toque a tener una mirada más atenta, a interiorizar que todos/as podemos ser un/a referente protector/a para un niño, niña o adolescente. Una sociedad que naturaliza las prácticas violentas es incapaz de prevenirlas. Un/a niño, niña o adolescente que crece en un contexto violento y lo internaliza es incapaz de pedir ayuda.

Necesitamos que la indiferencia y la indignación den paso a la acción. Lleguemos antes.

[1] Informe de gestión 2023 del SIPIAV (2024).